La Parroquia de San Lorenzo de Sevilla y el sacerdote de los 121 años

Muchos son los que visitan la Parroquia de San Lorenzo de Sevilla para ver su arquitectura  gótico-mudéjar y la belleza de sus elementos decorativos como el Retablo Mayor obra de Juan Martínez Montañés y finalizado por el retablista Francisco Dionisio de Ribas. Sin embargo muchos desconocen la extraordinaria historia del sacerdote que está enterrado en la propia parroquia y que ha sido apodado como “El Matusalén Sevillano” o “el hombre más longevo de Sevilla”.

Si bien hasta hace no mucho se podía encontrar en el interior de la parroquia la lápida del sacerdote  Juan Ramírez Bustamante donde constaban sus hazañas y milagros, ahora solo podemos encontrar referencia a este sacerdote en el libro de difuntos de la parroquia sevillana.

Juan Ramírez Bustamante, piloto de la Carrera de las Indias

Juan Ramírez Bustamante nació en una familia hidalga pero modesta de Sevilla, se calcula que alrededor del 1550, aunque no se sabe a ciencia cierta la fecha de su nacimiento. Desde muy joven sintió la llamada de la aventura, por lo que decidió embarcarse camino hacia las Américas o como se las conocía hasta aquel entonces, las Indias. Durante varios años participó en los célebres “convoyes de la plata”, transportando desde Veracruz hasta Sevilla galeones cargados de metales preciados y defendiendo tan valiosa carga de los piratas holandeses e ingleses que solían asaltar los barcos que cruzaban ésta ruta. Juan Ramírez Bustamante fue nombrado piloto de la Carrera de Indias y participó en varias de las expediciones al Nuevo Mundo que descubrieron terrenos aún desconocidos para el mundo civilizado. Tras ésto se convirtió en piloto mayor de la carrera de las Indias, y a sus cuarenta años de edad decidió abandonar la vida de aventuras, conquistas y peligros que había llevado hasta ese momento, asentándose en su ciudad natal a las órdenes de la Casa de la Contratación de Sevilla (hoy conocida como el Archivo de Indias).

De explorador del Nuevo Mundo a Sacerdote

Se dice que durante su extensa vida estuvo casado varias veces, de cuyos matrimonios engendró a cuarenta y dos hijos legítimos, y que durante sus viajes hacia el Nuevo Mundo conoció a varias mujeres en los distintos puertos marítimos con las que tuvo otros tantos bastardos, sumando un total de cincuenta y un hijos naturales. 

A los 60 años Juan Ramírez Bustamante decidió llevar una vida más tranquila y dedicarse a la enseñanza de Matemáticas y Astronomía en la Escuela de Mareantes de Sevilla. Tras veinticinco años ejerciendo como profesor, decidió jubilarse de esta profesión, dedicando su tiempo a elaborar dibujos topográficos y a ilustrarse con las enseñanzas bíblicas. Tras varios años de estudiar las antiguas escrituras decidió consagrar el resto de su vida a difundir la palabra cristiana embarcandose en una nueva aventura y a sus 92 años comenzó a estudiar la carrera de sacerdote (carrera implantada poco antes por el Concilio de Trento). Tras cursar los cuatro años de Humanidades y los tres correspondientes de Teología finalmente se ordenó sacerdote a sus 99 años de edad, tras lo cual acudió al palacio arzobispal para pedir que le asignasen una parroquia para ejercer su oficio.

Tras recibir una negativa debido a su avanzada edad, el sacerdote decidió escribir una carta al propio rey Felipe IV, haciendo mención a las numerosas batallas en las que había luchado y a sus logros obtenidos como piloto de la Carrera de las Indias y como soldado a las órdenes de la casa real española, así como las expediciones que había encabezado, pidiendo como pago a estos méritos que se le concediera el derecho a ejercer de sacerdote en la ciudad de Sevilla.

El rey decidió dar su consentimiento, ante lo cual el arzobispo hizo llamar a Juan Ramírez Bustamante para preguntarle qué parroquia le gustaría dirigir.

El sacerdote respondió que la Parroquia de San Lorenzo de Sevilla, la cual tenía fama en la época de dificultosa debido a la gente que habitaba en aquel momento el barrio de San Lorenzo. El arzobispo trató de hacerle entrar en razón pero Juan Ramírez Bustamante se mantuvo firme, consiguiendo finalmente convertirse en el sacerdote de la Parroquia de San Lorenzo.

Últimos años en la Parroquia de San Lorenzo

A pesar de la poca esperanza que tenía el arzobispo y los feligreses de la propia parroquia, quienes daban apenas unos meses de vida a el sacerdote ya centenario, Don Juan Ramírez Bustamante siguió ejerciendo su oficio en la parroquia durante otros 22 años más. 

Finalmente falleció a sus 121 años de edad, pero no a los malestares propios de la edad, ni tampoco a ninguna enfermedad, sino por un accidente. Y es que cuando cruzaba las llamadas “pasarelas de San Francisco de Paula” (antiguas escaleras que cruzaban la actual calle Jesús del Gran Poder) éstas cedieron a su peso por el mal estado de la madera tras unas lluvias torrenciales. Por lo tanto, aunque no sabemos cuántos años más podría haber vivido tan extraordinario párroco,sin duda Juan Ramírez Bustamante se ha ganado el título de “Matusalén de Sevilla” y la estima de todos los feligreses de la Parroquia de San Lorenzo.