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El azulejo «Studebaker» de la Calle Tetuán, un ejemplo del arte gráfico publicitario del siglo XX en Sevilla

14 enero, 2020

: Alfons Mucha | Arte Gráfico Publicitario en Sevilla | Arte Modernista | Azulejo Sevillano | Azulejo Studebaker | Café Gran Britz Sevilla | Café-Bar El Sport de Sevilla | Calle Sierpes Sevilla | Calle Tetuán de Sevilla | Enrique Orce Mármol | Exposición Iberoamericana de 1929 | General O'Donnell | Joyería Chico en Sevilla | Relojería El Cronómetro en Sevilla | Rey Fernando III | Studebaker Corporation | Teatro San Fernando Sevilla

Si habéis visitado la ciudad de Sevilla, sin duda habréis recorrido las dos calles más céntricas y famosas de la ciudad, la Calle Sierpes y la Calle Tetuán, paralelas la una a la otra, las cuales parten desde La Campana y la Plaza del Duque, y desembocan en el Ayuntamiento de Sevilla (terminando la calle Sierpes en la plaza trasera de éste, conocida como la Plaza de San Francisco y la Calle Tetuán en la Plaza Nueva, en la fachada principal del Ayuntamiento de Sevilla).

Estas dos calles recogen en sus fachadas los locales de las principales marcas de moda, siendo por lo tanto las vías más visitadas por residentes y turistas en época de rebajas o para ir de compras en cualquier época del año. 

Si habéis paseado por la calle Tetuán en vuestra visita a Sevilla es posible que hayáis reparado en un curioso azulejo que se encuentra a media altura de la calle, casi llegando a Plaza Nueva.

En este azulejo podemos ver a una familia en automóvil del siglo XX recorriendo unos jardines floridos y señalando a la estatua de “El Pensador” de Roldin  y en la cual se puede leer “Studebaker. Automóviles de 6 Cilindros”. Para conocer la historia que se esconde detrás de este azulejo de estilo modernista debemos remontarnos a principios del siglo pasado.


Azulejo Studebaker, en la Calle Tetuán de Sevilla

Siglo XX, modernismo y comercio en la calle Tetuán de Sevilla

La Calle Tetuán de Sevilla

Antes de hablar de este curioso azulejo, debemos contextualizar un poco el lugar en el que se encuentra. 

La primera vez que se menciona ésta calle sevillana en un documento fue en el siglo XV, aunque por aquel entonces la Calle Tetuán era conocida como «Monteros”, ya que en ella vivían los monteros (personas destinadas a servir al rey durante las cacerías en el monte) del rey Fernando III.

A partir del siglo siguiente comenzó a denominarse popularmente entre la gente de Sevilla como “Colcheros” debido al gran número de fabricantes y vendedores de colchas que vivían y poseían sus gremios en ésta calle, denominación que terminó imponiéndose como nombre oficial de la calle.

No fue hasta el siglo XIX, más concretamente en el año 1869, que esta calle cambió su nombre por calle Tetuán, en memoria de la conquista de ésta ciudad por parte del General O’Donnell, pasando a ampliar en 1931 su nombre y denominándola como “Conquista de Tetuán”, para retomar cinco años después el nombre de Calle Tetuán, el cual se ha mantenido hasta ahora.


Imagen del Teatro San Fernando de Sevilla,
en la Calle Tetuán

La calle Tetuán siempre ha estado llena de vida, siendo una de las más transitadas por residentes y turistas, motivo por el cual los dueños de muchas marcas la han escogido para abrir sus locales, y durante el siglo pasado podíamos encontrar en ésta bulliciosa calle varias cafeterías muy populares como el Café Gran Britz y el antiguo Café-Bar Le Sport de la calle Tetuán, e incluso un teatro donde se representaban óperas, conciertos y zarzuelas, el Teatro San Fernando, el cual fue desde su construcción en 1847 hasta su demolición de 1973 el teatro principal de Sevilla.

Precisamente el azulejo del que vamos a hablar perteneció un tiempo a la fachada del anteriormente mencionado Café-Bar Le Sport en la Calle Tetuán. 


El Azulejo de Studebaker, un ejemplo vivo del arte gráfico
publicitario del siglo XX en Sevilla


La Studebaker Corporation fue una de las empresas estadounidenses que durante el siglo XIX y XX se encargó de fabricar automóviles y exportarlos a países extranjeros, entre ellos España. 

Curiosamente, la empresa fundada en 1802 (que originalmente se dedicaba a la fabricación de vagones para transportar productos agrícolas y de minería) entró en el mundo automovilístico fabricando vehículos eléctricos en 1912, para pasar unos años después a elaborar exclusivamente vehículos de gasolina.

Al igual que hoy en día las vallas publicitarias, estos azulejos tenían la función de anunciar y publicitar algún producto o servicio, convirtiendo estos anuncios prácticamente en obras de arte durante el siglo XIX y XX como las realizadas por el austriaco Alfons Mucha (de quien también encontramos representación en la calle Sierpes de Sevilla, en la fachada de la relojería “El Cronómetro”, distribuidora oficial de Rolex).


A la izquierda obra publicitaria de Alfons Mucha para Moet&Chandon, a la derecha la Relojería «El Cronometro» y representación de una de las obras del pintor modernista

Éste azulejo fue realizado por Enrique Orce Mármol en 1924, un artesano de la cerámica publicitaria característica de la época y pintor, quien también realizó otros mosaicos publicitarios como el de “La Negrita” que se encuentra en la esquina de San Jacinto con la calle Condes de Bustillo, en Triana. También llevó a cabo alguna de las obras cerámicas empleadas en la Exposición Iberoamericana de Sevilla.


Firma de Enrique Orce Mármol en el
Azulejo Studebaker en la calle Tetuán

El azulejo de Studebaker estaba inserto en la fachada del mencionado café-bar El Sport de calle Tetuán, el cual se trataba de un club de tertulia al estilo inglés donde solía reunirse algunas personalidades de la cultura sevillana. Con el paso del tiempo Sevilla fue evolucionando, pero el azulejo se mantuvo siempre en su lugar observando el progreso de la ciudad ante sus ojos, y pasando a formar parte de la fachada de los comercios que se sucedieron, teniendo que ser restaurado por primera vez en 1978 y varias veces después debido a los estragos del paso del tiempo y a algunos actos de vandalismo (el último en 2017).

Actualmente este azulejo pertenece a la Joyería Chico, en cuya fachada se halla inmerso, y se encuentra en perfecto estado, formando parte del patrimonio sevillano y recuerdo del arte gráfico publicitario del siglo XX en la capital andaluza. 


Joyería Chico y Azulejo Studebaker